miércoles, 28 de abril de 2010

Horas vacías

Cuando los días pasan tan lentos,
que te dejan saborear ese extraño amargo que deja en la boca,
cuando mirás el reloj deseando que llegue la "hora de dormir",
a ver si al día siguiente algo diferente sucede...
Cuando el sol en la ventana es casi como un capítulo nuevo de un libro,
que se lee por rutina,
que se lee porque tropezaste con el,
que se lee...para hacer algo.
Cuando la soledad cambia de cara,
cambia de piel
y cambia de arma,
cuando esa soledad renace y se mete en cada poro de la piel,
por la boca, los párpados y por debajo de las palmas de las manos,
se acomoda en cada rincón y se queda dormida ahí...
Cuando sucede que nada sucede,
ni por asomo,
ni por piedad...
cuando todo esto junto resulta en una incomodidad perpetua,
cuando todo esto que sucede,
que nada sucede a cada minuto...
sucede que escribo sintiéndome perdida,
entre muros y rostros,
sucede que me siento perdida,
entre silencios y horas vacías.



viernes, 16 de abril de 2010

Lluvia añeja

La lluvia tenía algo que no puedo recordar muy bien,
ese olor a tierra mojada, que salpicaba hasta los nervios,
ese olor, que se me metía hasta la garganta,
y desataba el desánimo recién parido, con dolor y miedo.

La lluvia tenía algo cada día,
que me bajaba los movimientos a cero,
y aflojaba los pensamientos incompletos,
y se quedaban guardados entre cuatro paredes.

Es que la lluvia, hoy recordé, tiene color de casa solitaria,
silencio entre las paredes que me cobijaban, solo a mi,
la lluvia tiene ese ruido de soledad mal acomodada
un poco entre mis pensamientos, y otro poco entre mis pechos.

Hoy recordé, que la lluvia arrastra hasta mis pies unos cuantos recuerdos,
empapados de pasado,
de cuando caminaba a casa,
mirando el suelo mojado,
chorreando tus palabras, tus miradas y las mil caricias que nunca nacieron,
porque murieron junto con el pensamiento de acercarnos.

La lluvia, de nuevo hoy, soltó su olor añejo,
de cuando nos sonreíamos de lejos,
cuando tus ojos de niña escurridiza se encontraban con los míos distraídos,
adoloridos...apenados,
y de cuando en mi casa solitaria, sonreía con extraña melancolía.



domingo, 4 de abril de 2010

¿Cómo es que revoloteamos por la vida,
creyendo vivirla como arte de nuevo milenio?
¿cómo es que caminamos descalzos,
por los sembradíos recientes de las tareas pendientes?
Para la u, para el colegio,
para esto y para aquello...
¿Cómo es que todos, y al mismo tiempo,
nos sonreímos con esos lujosos senderos
de sueños y silencios?
¿cómo es que yo,
con este cielo negro me sonrío por el siguiente momento
en el que tus manos y las mías se enreden y parezcan terciopelo
por las sábanas que envuelven nuestros secretos?
los míos, los nuestros...
todos aquellos.
¿Cómo es que anoche se me pegaron los sueños
aún sin descifrar de mis próximos proyectos, para el resto de mi vida?
No entiendo cómo vivimos los dias
amarrándonos a un suelo intangible,
y nos mecemos serenos con ese vaivén del cotidiano,
de lo que creemos, es el latir de la vida,
no entiendo como día a día nos recordamos que vivimos,
para esto, para aquello...
sin percatarnos primero que mas bien vamos muriendo
y eso si que es cotidiano!.
¿Cómo es que yo no siento que muero,
ni ahora, ni ahora....ni ahora?