sangre,
lagrimas,
decepciones,
intentos y fallos.
Contando
soledad,
sueños,
dolor,
ausencias,
miedos.
Contando
recuerdos,
dudas,
un instante de certeza
y una duda mas pesada,
vacíos,
desorden.
Contando,
no soy buena con los numeros,
pero no hace falta cuando cuenta el alma,
y cuanto el alma misma se hace agua
agua salada,
de agua que revienta en las rodillas,
y en las manos
y en la boca.
Agua que se traba en la garganta,
con palabras añejas,
agua que se seca en las mejillas,
y dejan caminos tatuados,
una vez mas.
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